lunes, 22 de marzo de 2010

LAS ALIANZAS ELECTORALES: SIN PRINCIPIOS Y SIN IDEOLOGIA.

El concepto formal de alianza electoral nos dice que es la unión temporaria de dos o más partidos políticos con el fin de concurrir unidos a la competencia electoral, presentando la misma candidatura en todos o algunos de los niveles de gobierno sea federal o nacional, provincial, local y en todas o algunas de las categorías de cargos a elegir. Hasta este punto y si ha legalidad se refiere no hay discusión ni argumento válido para descalificar las alianzas electorales y los deseos de los partidos políticos para instrumentar estas prácticas que con el avance de la democracia y el pluralismo político se vuelven cada día mas recurrentes.

El punto de quiebre de la teoría, es precisamente cuando esta es llevada a la práctica. Cuando el pragmatismo político se hace evidente y se sacrifican los principios y las ideologías de individuos y partidos políticos.

La lógica política nos dice que una alianza electoral debe ser, aparte de una estrategia para maximizar las posibilidades de éxito, una cuestión de afinidad de principios para posteriormente establecer un programa de gobierno de amplio beneficio social y congruente a las necesidades de la población. La experiencia mexicana, nos ha demostrado que a través de alianzas de partidos se han podido alcanzar triunfos contundentes en elecciones tanto en el ámbito nacional como en el ámbito local, no obstante esta circunstancia, los resultados del programa de gobierno han dejado mucho que desear, sobre todo en alianzas con principios e ideologías heterogéneas, como es el caso de las recientes alianzas electorales a nivel local, donde dos partidos históricamente antagónicos, el PAN y el PRD, se han reagrupado sin otro propósito más que el de conquistar el poder por el poder mismo, en una exhibición de incongruencia política y de quiebre ético en menoscabo de la democracia y de la credibilidad ciudadana hacia la política.

De esta manera, a finales de la primera década del siglo XXI, la involución política de la república se hace evidente a través de estos actos de incongruencia que atentan contra la democracia alcanzada a lo largo de las dos últimas décadas. Un retroceso si, en la maduración de democracia, una reflexión también parar no dar continuidad a las alianzas electorales sin principios y sin ideologías.